Beneficios de la malla electrosoldada

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El refuerzo tradicional para las construcciones fue durante muchísimos años el mismo tipo de varilla que se emplea como soporte para la estructura. Este sistema tenía como beneficio que se proporcionaba mucho mayor firmeza al edificio pero, en cambio, se volvía mucho más pesado. La consecuencia eran edificios bien firmes pero con gran dificultad para soportar su propio peso durante los sismos; también se volvía más difícil realizar repararaciones.

Hoy en día existe otro método que cuyo uso se extendido en casi todo el mundo. Se trata de la malla electrosoldada, mecanismo que confiere muchos de los puntos fuertes del sistema anterior pero pocas de sus debilidades.
La malla electrosoldada se compone de barras de acero inoxidable, que pueden ser lisas o corrugadas, que se cruzan unas a otras en forma longitudinal y transversal, de manera que forman una cuadrícula de acero flexible pero sumamente resistente una vez que se ha colocado. Todas las barras están soldadas en los puntos de intersección con las demás.
La malla se coloca como refuerzo encima de los muros o alrededor de las columnas de las edificaciones, de la misma manera en que se colocan los ladrillos, el block de concreto o algún otro tipo de refuerzo adicional. La idea es que contribuya al soporte general de toda la estructura, pero se coloca sobre todo en aquéllos puntos que requieren de un mayor respaldo.
La principal ventaja de éste método es que se necesitan mucho menos cantidades de acero que si se colocan los refuerzos con varillas ordinarias. La cuadrícula soldada de la malla proporciona una resistencia semejante a la que puede ofrecer un grupo de varillas sueltas pero con menos cantidad de material, de modo que al emplearlo se reducen los costos derivados de la compra de materiales, al mismo tiempo que disminuye el impacto ambiental de las obras que lo incorporan.
Otro de los beneficios que ofrece la malla electrosoldada es la facilidad de su traslado y almacenamiento. Al contrario que las vigas y las barras de acero, la malla puede enrollarse y extenderse varias veces sin nunca perder nada de su capacidad de soporte y resistencia. Gracias a esta característica, es posible mantenerla en espacios relativamente reducidos, así como moverla de un sitio a otro con la ayuda de únicamente un pequeño camión o incluso una camioneta.
Finalmente, hay que destacar que el tiempo que toma la instalación de las mallas es también menor, pues no requiere de largos tiempos de secado para afianzarse, sino que basta con soldar los extremos o encadenarlos de alguna otra manera.

Author: director

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